Opinión FT: El oro luce cada vez más atractivo
En su columna de opinión, la nueva editora general de FT, Rana Forohar, asegura que el aumento de las obligaciones por prestaciones sociales en EEUU podría debilitar el dólar.
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Los fanáticos del oro siempre me han parecido paranoicos. Hay que creer realmente que el cielo se está cayendo para acumular barras físicas en una era digital. Así que es bastante preocupante que algunos inversionistas y banqueros centrales estén hablando de forma tan positiva acerca del oro.
El Banco Central de Holanda alegó recientemente en un artículo que, si hubiera un gran reajuste monetario, "los inventarios de oro pueden servir como base" para reconstruir el sistema monetario mundial. "El oro refuerza la confianza en la estabilidad del balance del banco central y crea una sensación de seguridad".
Sin embargo, hablar del oro no surte el mismo efecto. El inversionista Ray Dalio asustó recientemente a los participantes en la conferencia del Instituto de Finanzas Internacionales cuando mencionó la posibilidad de un desplazamiento masivo hacia el oro debido a sus preocupaciones sobre la posición fiscal estadounidense.
Ese tema no es nuevo. Al menos desde 2016, varios titanes financieros, entre ellos el jefe de JPMorgan, Jamie Dimon, y el gestor de fondos de cobertura Stanley Druckenmiller, han señalado que las prestaciones de pensión y atención sanitaria no financiadas son un iceberg inminente para la economía estadounidense. De hecho, una teoría sobre la reciente crisis en el mercado de préstamos a un día con pacto de recompra es que fue causada por el déficit federal y la creciente falta de voluntad de los inversionistas fuera de EEUU para financiarlo.
Pero Dalio fue más allá y concluyó que la crisis de las prestaciones sociales en EEUU significaba que la Reserva Federal estadounidense tendría que seguir inflando su propio balance indefinidamente y mantener las tasas bajas (o incluso negativas) en el futuro para que EEUU pudiera seguir pagando sus cuentas.
Eso depreciaría el dólar estadounidense. Llevado a su extremo, eso nunca termina bien. Experimentos previos con monedas que se devalúan rápidamente incluyen la Roma de finales del siglo III, la República de Weimar del período de entreguerras de Alemania y Zimbabue. Dalio alegó que, en algún momento, nadie querría poseer la deuda estadounidense o el dólar, y que los inversionistas buscarían seguridad en otros activos. "La pregunta es: ¿qué más?", preguntó. "Ése es el entorno en el que creo que estaremos. Y hay un dicho de que el oro es el único activo que podemos poseer y que no es un pasivo para otra persona".
El caso de EEUU
Todavía no he comprado oro, aunque vendí todos mis títulos en agosto. Esa decisión ha sido algo dolorosa dado el reciente repunte en el S&P 500, y, sin embargo, no me arrepiento. Es lógico creer, como yo lo creo, que los valores de primera clase y los bonos estadounidenses ya no son un refugio seguro, mientras que a la vez creer que los precios podrían mantenerse altos por algún tiempo. Después de todo, tener dos ideas aparentemente contradictorias en la mente a la vez es una señal de una mente madura. Creo que los precios de las acciones estadounidenses se mantienen altos precisamente por la misma razón por la que los inversionistas podrían necesitar invertir en el oro algún día.
El analista Luke Gromen expuso muy bien la lógica matemática de esto en un boletín reciente. Calculó que los pagos anuales de prestaciones sociales en EEUU, que él define como Medicare, Medicaid y Seguridad Social, más los gastos de defensa más los intereses de la deuda federal suman el 112% de la recaudación impositiva de EEUU.
Ese total aumentó del 103% de hace apenas 15 meses y del 95% de hace dos años atrás, pues los ingresos del gobierno cayeron debido a los recortes fiscales del presidente Donald Trump. Las entradas procedentes de esos recortes contribuyeron a inflar aún más los precios de las acciones. EEUU se ha convertido en "totalmente dependiente de la inflación de los precios de los activos para la recaudación impositiva", escribió Gromen, y añadió que la única forma en que EEUU podrá pagar sus facturas anuales es que los precios de los activos aumenten por sí solos o que la Reserva Federal "imprima suficiente dinero para poder elevar los precios de los activos".
Espero que la Fed, como todos los bancos centrales anteriores, haga lo que sea políticamente necesario. Ni EEUU ni el mundo puede permitirse que Washington incumpla nominalmente sus bonos del Tesoro. Así que, los precios de las acciones subirán, por ahora. La esencia de la política económica es, según dijo Joseph Schumpeter, "la política, la política, la política".
La inflación del precio de las acciones ha estado desarrollándose desde que la Reserva Federal cambió de parecer y comenzó a bajar las tasas en julio. Probablemente recibirá un impulso por parte de la relajación de las regulaciones financieras promulgada después de la crisis de 2008, y posiblemente incluso por una nueva ronda de recortes fiscales antes de las elecciones de 2020. Trump mide su propio éxito por el del mercado.
Pero a largo plazo, este crecimiento que se ha producido mediante la ingeniería financiera debe socavar la confianza en el dólar, particularmente en un momento en que EEUU y China van en direcciones diferentes. China es ahora el mayor comprador de gas natural del mundo y está intentando comenzar a fijar precios para éste y otros productos básicos en su propia moneda. China también está haciendo más negocios en euros, pues intenta atraer a Europa hacia su propia órbita económica. China emitió recientemente sus primeros bonos denominados en euros en 15 años. También se está alejando de la compra de petróleo en dólares y está fortaleciendo los lazos con compañías europeas como Airbus.
La desdolarización de Eurasia apoyaría la cosmovisión de Dalio. Como también la apoyaría un cambio hacia un activo de reserva que no sea el dólar, como el oro. Semejante cambio obligaría a EEUU a vender dólares para liquidar su balanza de pagos en el nuevo activo de reserva neutral.
Se podría alegar que incluso si el dólar estadounidense se debilitara y los acreedores perdieran la fe en la capacidad de EEUU para pagar su deuda, los mercados podrían seguir estando altos durante cierto período de tiempo. Pero estamos pasando por un período de desglobalización. Y la historia nos muestra que cuando eso sucede, con el tiempo suele provocar el colapso de los precios de los activos en cualquier país asociado con el "viejo orden". No es de extrañar que abunden los fanáticos del oro.